Puri Díaz

Entre las órdenes dos movimientos de una condición

En la encrucijada de lo literario, lo filosófico y lo artístico, se erige el desafío de abordar el posicionamiento social en el rechazo al “mainstream” imperante en nuestra sociedad, cuyo molde es forjado por los tentáculos manipuladores de los medios de comunicación.

La sociedad moderna se encuentra inmersa en un mar de imágenes, un océano de representaciones que moldean nuestros pensamientos, valores y deseos. Los medios de comunicación, cual oráculos contemporáneos, se nos muestran como los artífices de estas imágenes que se incrustan en nuestro inconsciente colectivo. Con habilidad maestra, pintan los ideales del sistema de poder con pinceladas de seducción y persuasión, envolviéndonos en una red de consumo y conformidad.

En este escenario, emerge la necesidad de rebelarse, de rechazar este status quo impuesto. Es en la literatura, el arte y la filosofía donde encontramos un refugio, un espacio sagrado de resistencia y creación. En cada página escrita, cada imagen producida y cada pensamiento profundizado, se despliega un arsenal de palabras e ideas que buscan romper las cadenas de la manipulación y despertar a la conciencia crítica.

El posicionamiento social desde el rechazo nos invita a cuestionar las imágenes estandarizadas y preconcebidas que nos rodean. En vez de aceptar pasivamente los roles que se nos asignan, debemos ser protagonistas de nuestra propia historia. La literatura, el arte y la filosofía nos brindan las herramientas necesarias para desvelar las maquinaciones ocultas detrás de las imágenes hegemónicas, invitándonos a mirar más allá de la superficie, a desentrañar los entramados de poder y a crear nuevas narrativas.

La elaboración de imágenes en respuesta a estas conductas de manipulación adquiere un valor trascendental en esta lucha por la emancipación. A través del arte, podemos dar forma a visiones alternativas, desafiar los discursos hegemónicos y dar voz a los marginados y silenciados. En cada imagen que emerge como respuesta, se alza la posibilidad de construir una realidad distinta, un mundo en el que la autenticidad y la diversidad sean celebradas en lugar de suprimidas. El arte como bastión de resistencia.